Hoy la Iglesia vive el momento profético que precede de cerca la venida del Señor Jesús en gloria para arrebatar a Su Iglesia. No se sabe, evidentemente, el día, ni la hora, mas tenemos la obligación de discernir las señales de los tiempos. Para que la Iglesia pudiese entender el momento profético en que vive, el Señor Jesús por eso ha hablado con respecto a diversas señales en el Sermón Profético del capítulo 24 de Mateo y en el libro del Apocalipsis. Como Novia de Jesús, la Iglesia debe estar atenta en el momento del regreso del Señor, con lámparas llenas de aceite, o sea, llena del Espíritu Santo, pues, además de haber sido bautizados con el Espíritu, los siervos fieles del Señor se llenan continuamente del Espíritu (Ef. 5:18-21).

La Iglesia debe estar predicando el Evangelio de Jesús con poder y la Palabra tiene que estar acompañada de señales que la confirmen (Mar. 16:20). De ahí la necesidad de buscar el bautismo con El Espíritu Santo (Hch. 1:8) y los dones espirituales. La manifestación de los dones espirituales – profecía, palabra de conocimiento, milagros, sanidades – es usada por el Señor para demostrar al mundo que ¡Jesús está vivo!

Además de proclamar que el Señor Jesús está vivo, la Iglesia tiene la gran responsabilidad de anunciar que Él ¡pronto volverá! Martín Lutero declaró que la Iglesia debe vivir como si Jesús ¡hubiese muerto ayer, resucitado hoy e fuese venir mañana! ¡Maranata si ven, Señor Jesús!