Avivamiento Espiritual
Avivamiento Espiritual
Antes de la venida del Señor Jesús en gloria para el arrebatamiento, el Señor estará derramando abundantemente de Su Espíritu Santo sobre su pueblo fiel, a fin de preparar Su Iglesia para ese momento. Solamente llena del Espíritu Santo la Iglesia podrá estar lista, de la manera descrita en Efesios 5.
A medida en que el derramamiento del Espíritu Santo llegue a las Iglesias, estas estarán experimentando un Avivamiento, que elevará los siervos del Señor a un nivel espiritual superior, caracterizado por: (a) más amor al Señor y a los hermanos; (b) mayor Disposición en servir al Señor y a la Iglesia; (c) mayor interés en estudiar y oír la Palabra de Dios; (d) mayor unción de los pastores para la predicación de la Palabra y para la evangelización; (e) mayor satisfacción en participar de los cultos, adorando al Señor en Espíritu y en verdad; (f) una vida de santificación y obediencia a la Palabra de Dios.
Los pastores que deseen preparar sus Iglesias para experimentar ese Avivamiento, deben instruirlas a (1) buscar la santificación y la obediencia a la Palabra de Dios, (2) buscar el bautismo con El Espíritu Santo y los dones espirituales, (3) usar los dones espirituales con sabiduría y discernimiento, y sumisión a los pastores, (4) someterse al Gobierno del Señor Jesús sobre la Iglesia e (5) vivir en amor y en Comunión los unos con los otros.
Cabe notar que, si una congregación no aprende a “usar los dones espirituales con sabiduría y discernimiento”, juzgando debidamente las manifestaciones espirituales para asegurarse de que proceden del Espíritu Santo, en el caso que un Avivamiento tenga empezado, cesará en poco tiempo. El motivo para que eso ocurra es sencillo: dones usados indebidamente son una fuente de problemas para las Iglesias, y los creyentes acaban perdiendo la confianza en los dones. Si, al revés, una Iglesia aprende a usar los dones espirituales con sabiduría y discernimiento, juzgándolos e interpretándolos, y utilizándolos bajo la supervisión de sus pastores, el Señor tendrá condiciones de gobernar a la Iglesia, y el Avivamiento durará hasta la venida del Señor Jesús.
De ahí la necesidad de que los dones espirituales sean usados de la manera recomendada en las Sagradas Escrituras. En otros apartados de esta página web, son transmitidas enseñanzas sobre la práctica de los dones espirituales con discernimiento, decencia y orden – conforme nos lo recomienda la Escritura en I Corintios capítulo 14 – y sobre su aplicación con sabiduría. Por otro lado, para que el Señor pueda operar un Avivamiento en una determinada ciudad, región o país es importante que los pastores de esa localidad, región o país estén dispuestos a ser dirigidos por El Espíritu Santo a vivir en Comunión espiritual unos con otros. Esa Comunión puede comenzar con reuniones de oración, inclusive con ayunos, donde la prioridad sea buscar los dones espirituales y permitir que el Señor Jesús aconseje a esos pastores.