Niños y Adolescentes

El Trabajo con los Niños y Adolescentes

“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mat. 19:14)

“Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza?” (Mat. 21:16)

Introducción

Se está realizando un trabajo extraordinario en las iglesias Maranata con los niños. Ese trabajo es una evidencia más del poder y de la sabiduría de Dios, además de demostrar la importancia de oír el Señor hablando a la Iglesia a través de los dones espirituales. Si la dirección de la Iglesia no estuviese oyendo “lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias” de una forma clara, jamás este trabajo se hubiera realizado.

Todo empezó a mitad de la década de los 90, cuando el Señor reveló a la Iglesia que quería realizar algo nuevo entre los niños. En aquella época, ya había clases regulares de la Escuela Dominical en todas las iglesias Maranata y los pastores y profesores de la Escuela Dominical pensaban que el trabajo entre los niños estaba siendo desarrollado de forma satisfactoria.

Entonces, el Señor dio una revelación que sorprendió a todos: los niños son la Iglesia de hoy, o sea, ellas son el presente de la Iglesia. Bueno, todos habían aprendido que los niños eran la Iglesia del futuro, no del presente. Surgió, entonces, la cuestión: ¿cuál el alcance de esa revelación y que esa afirmación representaría en la práctica?

Las Primeras Orientaciones

Cuando el Señor revelou que tenia un proyecto especial para los niños, y que un trabajo sério y profundo deberia ser desarrollado entre ellos, mostro también que los maestros de la Escuela Dominical, con la ayuda de los pastores, deberiam trabajarlas de una manera diferente de la tradicionalmente practicada en las iglesias protestantes y pentecostales.

Los maestros deberían transmitir a los niños enseñanzas con mas sustancia a respecto de las doctrinas bíblicas fundamentales, siempre basadas en historias de personajes bíblicos. Deberían enseñar a los niños de forma clara sobre la salvación que hay en el Señor Jesús, inclusive sobre lo que es vida eterna y lo que es condenación eterna.

Deberían, también, enseñar a respecto del bautismo con El Espíritu Santo y la vida de santificación y obediencia al Señor. Todavía mas: deberían enseñar a los niños a utilizar los medios de gracia (oración, lectura de la Palabra, clamor por la sangre de Jesús) para que ellos pudiesen defenderse de las opresiones y de los peligros de este mundo.

Todo eso ha parecido aun más difícil porque el Señor mostró que esas enseñanzas deberían ser transmitidas no apenas a niños mayores, sino a todos los niños a partir de los 3 años de edad. Todos necesitaban tener una experiencia con la realidad del Cristo vivo que ama a los niños y está listo a atender a sus oraciones.

En aquella época los creyentes pensaban que los niños – sobre todo los más pequeños – eran incapaces de entender esas lecciones y que era imposible mantener la atención de los niños durante toda la Escuela Dominical. Por eso, los maestros ocupaban la mayor parte del tiempo de los niños en actividades de dibujar y de colorear dibujos. La Escuela Dominical para los niños más pequeños era sobre todo para entretenerlas y evitar que molestasen a los adultos durante el culto.

Fue grande, por lo tanto, la sorpresa cuando los niños empezaron a entender las clases, a interesarse, apreciaren la Escuela Dominical y a colocar en practica las enseñanzas recibidas en su vida diaria. Los niños empezaron a sorprender a los padres, demostrando muchas veces mayor sensibilidad en cuanto a atender a la voluntad del Señor de que los propios adultos. Pasaron a experimentar victorias, a través de la oración, en sus luchas cotidianas.

Participación en los Cultos

El Señor oriento, desde el principio, que los niños deberían asistir a los cultos regulares de la Iglesia. Sin embargo, no deberían mas dormir en el cuello de las madres, mas deberían tener parte activa en los cultos, orando, cantando alabanzas, oyendo la predicación de la Palabra. Los pastores entonces, fueron orientados a valorar la presencia de los niños en los cultos, mirando hacia ellos y dirigiéndoles el mensaje.

Pero para que fuese posible el cumplimiento de esa orientación, era necesario educar no tan solo a los niños, pero sobre todo los padres y los maestros de la Escuela Dominical. Hijos y padres necesitaron ser convencidos a respecto de la importancia de la presencia de los niños en los cultos, pues había bendiciones para ellos, aun en los cultos regulares (donde no había Escuela Dominical). En segundo lugar, necesitaban entender que el Señor se agradaba de la alabanza de los niños en los cultos. Para eso, los niños deberian sentarse en los primeros bancos de la Iglesia con los maestros, que no les oferecerian el cuello para dormir, sino los estimularian a alabar al Señor con oraciones y entonando himnos.

Después de acabar el culto, durante el período de asistencia a los presentes (creyentes e visitantes), los pastores y obreros también deberían estar listos a dar asistencia a los niños, orando por los que solicitaban asistencia individualmente. Los niños pasaron, entonces, a pedir regularmente oraciones por sus necesidades (problemas en el hogar, en la escuela, de salud, etc.). A los niños, se presentaría la Iglesia como un “nido de amor”, donde ellos encontrarían seguridad, estima, amor y apoyo a sus necesidades.

Como resultado inmediato, la fe de los niños aumentó, ellos se sintieron valorizados en la Iglesia, pasaron a apreciar los cultos y la Comunión con la Iglesia, y comenzaron a tener respuestas a sus oraciones en el período de asistencia después del culto. Además, aprendieron a comportarse en los cultos como adoradores y no ajenos más a lo que ocurría a su alrededor. Todo eso contribuyó para aumentar su seguridad, lo que es importante para enfrentar victoriosamente las luchas de este mundo (hogares que se deshacen en medio de las luchas, violencia de los compañeros en las escuelas, incomprensión de los profesores, etc.).

Obs. Esa tarea fue facilitada por el hecho de que los cultos regulares en las iglesias Maranata son de corta duración, sin embargo frecuentes.

Testimonio y Visitantes

El Señor también mostró, que los niños deberían ser instruidos a testificar sin miedo del amor y de la salvación que hay en el Señor Jesús a sus amigos, colegas, vecinos y parientes. Los niños entendieron esta enseñanza y comenzaron a practicarla. Todos en la Iglesia se sorprendieron con el coraje de los niños para testificar del Señor Jesús no apenas a parientes y amigos, sino también en las escuelas, a sus colegas, profesores y aún mismo a directores de escuelas.

Como resultado, el Señor comenzó a traer a los cultos regulares de la Iglesia, niños de todas las edades cuyos padres no eran creyentes, llevados por sus amigos, colegas, vecinos o parientes. Los niños comenzaron a tener experiencias de salvación con el Señor Jesús. Después de recibir la salvación, pasaban a testificar del Señor Jesús a sus padres que comenzaban, entonces, a visitar la Iglesia y, finalmente, se convertían.

Entonces El Señor oriento que, en un determinado mes del año, toda la Iglesia cooperaría con los niños en la evangelización que ellos desarrollarían. Los jóvenes y adultos estarían orando y ayunando a lo largo da aquel mes para que los niños estuviesen testificando de Jesús e invitando sus conocidos para un culto de evangelización, al final del mes. Este seria el “Mes de la Evangelización de los Niños”.

Era pequeña la expectativa en la Iglesia con respecto al éxito de ese trabajo en la primera ocasion que se atendio esa orientacion. Fue grande, por lo tanto, la sorpresa cuando las iglesias recibieron el mayor número de visitantes jamás visto en los cultos de evangelización. Los niños superaban a los adultos en la capacidad de llevar visitantes a las iglesias. En esa primera evangelizacion hecha por los niños, en algunas iglesias la mayoria de los miembros tuvo que asistir el culto en pie para que hubiese bancos disponíbles para los visitantes.

A partir de ahí, se percibió que los niños se habían hecho los principales “evangelistas” de la Iglesia. Nadie más dudó de su capacidad de testificar del Señor Jesús y de traer visitantes para la Iglesia. ¡Más una vez la revelación del Señor sorprendió a todos!

Grandes Reuniones

Como los niños fueron bien entrenados a obedecer a sus maestros (eso ocurrió con la ayuda de padres espirituales y sensatos), el Señor tuvo condiciones de orientar – lo que ocurrió a seguir – la realización de Grandes Reuniones para la enseñanza de la Palabra de Dios a los niños. Se reunieron millares de niños en esos retiros en las diversas ciudades del país para un programa únicamente espiritual.

Fue grande la sorpresa de todos al darse cuenta, primeramente, que en esas Grandes Reuniones los niños se comportaban ordenadamente, pues los niños habian aprendido a respetar a sus maestros, atendiendo sus orientaciones.

Todo estaba listo para la última orientación del Señor Dios referente al trabajo con los niños: la realización de Grandes Reuniones de Evangelización. Los niños invitarían centenas e hasta millares de visitantes para esas reuniones, de acuerdo a la cantidad de iglesias involucradas en cada oportunidad – lo que dependía del tamaño de los anfiteatros o gimnasios de deportes disponibles para esos eventos.

Los niños reaccionaron con interés, seriedad y dedicación, invitando un número inmenso de visitantes, que comparecieron a esos eventos y fueron tocados por El Espíritu Santo. Como resultado inmediato, muchos visitantes aceptaron al Señor Jesús como Salvador y otros comenzaron a acercarse de la Iglesia, pasando a frecuentar los cultos y, finalmente, convirtiéndose al Señor.

El comportamiento ejemplar de los niños y su participación en esas grandes reuniones viene siendo un extraordinario testimonio a invitados incrédulos – sean niños sean adultos. Muchos son los testimonios de invitados que son quebrantados cuando oyen la alabanza de los niños en perfecto orden en esas reuniones.

En una Gran Reunión de la Iglesia Maranata realizada en un estadio de fútbol en Belo Horizonte, Brasil, el 21 de abril de 2006, con la presencia de 100.000 personas, algo inusitado ocurrió: Un mensaje sobre la Creación dirigida a millares de niños presentes, hizo que reaccionaran con atención, interés y participación. Fue un espectáculo inolvidable; también fue la culminación de un largo proceso en el que quedo probado que “Cosas que no han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (I Cor. 2:9-10).

Testimonios

A continuación, para que hagamos una idea más exacta de la operación variada del Espíritu Santo entre los niños, mencionamos algunos testimonios, la mayor parte de los cuales ocurrió recientemente en Brasil.

1. Una niña de 3 años de edad oyó el testimonio que dio un creyente y pidió al padre que la llevase a la iglesia. El padre respondió que no. La niña entonces, comenzó a llorar, insistiendo para que su padre la llevara. El padre se conmovió y decidió atender la petición. Fue con su hija y participo del culto, recibiendo una gran bendición. A partir de ahí, comenzó a ir a los cultos regularmente.
2. Al final de un culto un visitante estaba llorando. Cuando un obrero lo atendió él le dijo: “Estoy muy emocionado porque hoy Dios habló conmigo a través de la alabanza de los niños. Este culto fue maravilloso. Estoy saliendo de aquí con el corazón alegre”.
3. Un intermediario (de la clase de 7 a 10 años), de camino a su casa, dijo a un amigo: “Voy a echar la semilla ahora”. Al llegar a casa, entrego a su padre la invitación al culto especial de evangelización. A la hora del culto, sus padres estaban en la Iglesia. El niño dijo a la profesora de la escuela dominical: “Lance la semilla y mis padres fueron al culto”. A sus padres le agradaran mucho la Iglesia y han prometido volver.
4. Cuando los niños estaban en la calle entregando invitaciones, un niño vio a un señor, le entrego una invitación y lo llamo para ir a la iglesia. Ese señor le preguntó si hacia falta pagar para entrar en la Iglesia. El niño respondió: “No es necesario pagar nada. Jesús ya pago todo para usted. Todo es gratis”.
5. Un niño de 8 años entrego una invitación a un niño de la calle. Vino un amigo de ese niño y dijo que también quería una invitación para ir a la iglesia. El niño le entrego la invitación y dijo: “Allí no es necesario este papel para entrar, pero en la eternidad necesitamos de un pasaporte.” Este niño se intereso por el asunto y pregunto: “¿Cómo hago para obtener ese pasaporte?” El niño respondió: “Ve a la iglesia y acepta a Jesús en tu corazón. Solo eso. Jesús es el pasaporte”. Por la noche o niño invitado estaba en el culto y pedio oración por su vida.
6. Un niño invitó un adulto diciendo: hoy habrá una fiesta en mi Iglesia. El hombre quedo impresionado con la fe del niño y por eso aceptó la invitación. Al final del culto procuró el niño y le dijo: “Fue de veras una gran fiesta”. El niño le respondió: “Hay todos los días”. El hombre salió con una experiencia con el Señor.
7. Un niño llamado Mateo oyó una serenata entonada por los niños en la calle. Decidió ir a la iglesia el mismo día y continuó a frecuentar los cultos. Entonces converso con el diácono y dijo: “¿Ustedes pueden hacer una serenata para mis padres? Yo les quería dar una invitación”. Sus padres no eran creyentes. El diácono dijo que harían la serenata. Al día siguiente, los niños fueron a la casa de Mateo para la serenata. Mientras cantaban, Él entregó la invitación a sus padres, que oyeron la serenata desde la ventana. El mismo día sus padres fueron a la iglesia.
8. Un niño de 7 años acepto la invitación para ir a un culto de evangelización. Después fue al Mahanain (local de retiros) y quedo maravillado con las alabanzas cantadas al Señor. Dijo que, al oír un himno referente a la Palabra de Dios – “La Preciosa Semilla”, sintió el corazón latir mas fuerte y le vino el deseo de salir cantando a todo el mundo. No dejo más la Iglesia.
9. Cuando los niños y adolescentes salieron para hacer una serenata, llegaron enfrente a una casa en el momento en que estaban discutiendo el marido y la esposa. Las profesoras dudaron sobre que hacer, pero el Señor les reveló que deberían hacer una serenata. Cuando cantaron los cánticos, la señora apareció en la ventana llorando y diciendo: vosotros llegasteis en el momento oportuno, en el momento que yo más necesitaba. El marido y la esposa recibieron la invitación y fueron al culto. Ambos comenzaron a frecuentar asiduamente a la Iglesia y el Señor comenzó a restaurar el hogar.
10. Mientras se hacia una serenata enfrente a la casa de un niño que había visitado la Iglesia, el padre se estaba separando de su madre. Cuando la pareja oyó los cánticos, el Señor opero en sus vidas. A partir de entonces ambos pasaron a frecuentar regularmente la Iglesia.
11. El Señor reveló un domingo en la Escuela Dominical que entraría en la Iglesia, en el culto de la noche, un niño con un problema en las piernas que dificultaba su caminar, pero que Él daría una bendición especial a ese niño. En el culto de la noche, un niño invitado pidió oración, diciendo que, cuando él era pequeño, su madre la dejó caer al suelo, causándole un problema en las piernas. Ese niño había entrado en la Iglesia llevado por su padre a causa de ese problema. Mas después de recibir oración, salió de la Iglesia caminando sola. El niño hizo el siguiente comentario: “Siento que Dios me bendijo en esta Iglesia”.
12. Un niño de 5 anos desapareció de la mirada de los padres. Cuando los padres se dieron cuenta de su desaparición comenzaron a buscar por la casa. Al abrir la porta de su habitación, vieron al niño de rodillas, con la Biblia en la mano y orando. Los padres preguntaron al niño que hacia. Él respondió: “Hay mucha gente necesitando oración”.
13. Antes de un culto, fue contado un sueño mostrando una niña muy triste porque su padre había salido de casa. Mas el Señor mostró que estaría cuidando de ella todos los días. Cuando al final del culto el sueño fue contado, la niña Keila, que visitava la Iglesia por primera vez, comenzo a llorar y, cuando fue asistida djo: “Mi padre intento matar mi madre. Le disparo un tiro, dándole en la pierna, y salió de casa y no a vuelto. Siento su falta, pero Dios me cuidará”.
14. Durante la evangelización de marzo del 2005 en Vitoria, muchos niños se convirtieron en el culto de evangelización de fin de mes que no había espacio en las iglesias existentes para recibirlas. Los pastores entonces, decidieron, alquilar dos salas en el barrio donde ellas vivían para comenzar dos nuevas iglesias con esos niños. Así se hizo. Comenzaron una Iglesia con 60 niños y otra con 40 niños. Algunos meses despues, en octubre, cuando hubo una gran evangelizacion en un anfiteatro local, los niños de la primera Iglesia llevaron 150 invitados en 3 autocares que fueron alquilados por los pastores!
15. Un niño de aproximadamente 10 años de edad pasaba enfrente a una Iglesia durante un culto, cuando fue invitado a entrar por el obrero que estaba a la puerta. Entro, se sentó y asistió todo el mensaje, que fue basado en la parábola del sembrador. Entendió el mensaje sobre los diferentes tipos de tierra y, al final, pidió oración, diciendo al obrero que le atendió: “Mi corazón es una buena tierra. Yo quiero seguir a Jesús”. Regresando a su casa, relató todo el mensaje a sus padres, les dijo que su corazón era una buena tierra y que había decidido seguir a Jesús. Finalmente, invitó a sus padres a ir al culto en “su” iglesia, el siguiente domingo. Los padres aceptaron la invitación y, en aquel mismo día, aceptaron a Jesús como su Salvador.
16. Una niña de 4 años, al regresar a casa después de la escuela dominical, habló a su padre a respecto de la lección, diciendo: “Papa, usted es profano”. El padre sorprendido le pregunto: “¿Que es eso, hija mía?” La niña respondió: “Usted bebe bebidas alcohólicas, usted dice Palabras feas, etc.”. El padre se quejó a la esposa: “¡Fíjate en lo que están enseñando a la niña en esa Iglesia!” Entonces la niña dijo: “Papa, usted tiene que venir a mi Iglesia, usted necesita a Jesús”. El padre respondió: “Un día iré”. La niña replicó: “No, usted tiene que ir hoy por la noche”. El padre no aceptó, pero la menina insistió tanto que él acabó prometiendo ir aquella noche. Al final de la tarde, la niña recordó: ¿vamos al culto? El padre fue a la iglesia, fue tocado por el Señor y se convirtió al Señor.