La Biblia y las Novedades Doctrinales
La Biblia y las Novedades Doctrinales
En medio de la apostasía que atinge la Iglesia histórica, la Iglesia fiel es fortalecida por el bautismo con El Espíritu Santo y por su fe en la Palabra de Dios, la Biblia Sagrada. La Iglesia fiel cree en la total inspiración y en la exactitud de las Sagradas Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamentos, pues ellas fueron inspiradas por El Espíritu Santo (II Tim. 3:16) y, por tanto, expresan la voluntad de Dios para la vida de la Iglesia y de cada creyente en particular.
La Iglesia fiel entiende que toda y cualquier comunión entre iglesias o entre pastores tienen que estar basadas en la fe común en las doctrinas bíblicas y en la experiencia común de la operación del Espíritu Santo. Entiende, también, que la Biblia contiene todas las doctrinas necesarias para su edificación. Todas las reglas en materia de fe (en que la Iglesia cree) y practica (como la Iglesia vive, sirve y adora a Dios) se encuentran en las Sagradas Escrituras. Las doctrinas reveladas en las Escrituras y en las cuales la Iglesia fiel siempre ha creído se refieren a la Biblia como siendo la Palabra de Dios revelada, a la Trinidad, al Plan de salvación, y a la Persona y Obra del Señor Jesús.
En el momento profético que vivimos, el Señor Dios está llevando la Iglesia a anunciar de manera constante la Segunda Venida de Cristo, y a practicar las doctrinas de la Iglesia como Cuerpo de Cristo, del Bautismo con El Espíritu Santo, de los dones Espirituales y de los 5 Ministerios mencionados en Efesios 4:11. La práctica de esas doctrinas son necesarias para que la Iglesia esté oyendo la voz del Señor Jesús (Jn. 10:16), recibiendo poder para predicar el Evangelio (Hch. 1:8) y para que las señales confirmen esa predicación (Mar. 16:20).
Para andar en el Espíritu (Gál. 5:16) y vivir llena del Espíritu (Ef. 5:18) la Iglesia necesita apenas creer y practicar todas las doctrinas enseñadas en la Palabra de Dios (la Biblia), sobre todo obedecer al Señor, oír la voz del Espíritu y vivir en santificación, además de utilizar los medios de gracia: meditación en la Palabra, ayuno y oración – inclusive en vigilias y madrugadas. La Iglesia no necesita de las novedades doctrinales que han surgido en los últimos 50 años, especialmente después del inicio del movimiento carismático. Aunque ese movimiento haya sido fruto de un gran derramamiento del Espíritu Santo, parte de el perdió la dirección del Espíritu a medida que no se apercibió del significado pleno de las Sagradas Escrituras como única y suficiente fuente de fe y práctica para la Iglesia.
Para la gloria de Dios, hay, sin embargo, ejemplos, en diversos países, de Iglesias llenas del Espíritu y que están andando en el Espíritu, donde los miembros son bautizados con El Espíritu Santo y están buscando y practicando los dones espirituales. Esas Iglesias, que creen en el uso de los dones espirituales de forma bíblica -para buscar la dirección del Espíritu Santo – no aceptan novedades doctrinales o prácticas.